El pasado mes de septiembre hemos visitado Francia participando en la Bienal Panorama. La instalación se ubicó en un precioso lago en el Parcs des Iris et de l’Ermitage de Lormont. cerca de Burdeos.
La idea inicial trataba de recrear un mundo subacuático en el que figuras luminosas salían y entraban del agua, sorprendiendo a los habitantes terrestres que transitaban por los alrededores. Una poética manera de revivir antiguas leyendas de seres misteriosos que habitan en los lagos, pero también revivir imágenes cinematográficas, no tan idílicas, de cuerpos hundidos en circunstancias trágicas que luchaban por salir a la superficie.
Esa era la idea original, y se iba a llamar Baignade interdite. Pero, las características del lago, emplazado en un asentamiento de rocas calcárea que daba al agua un lechoso color blanco, no nos permitía adivinar qué estaba pasando bajo la superficie, a pesar de la luz que envolvía los cuerpos, por lo que tuvimos que cambiar la propuesta sobre la marcha para adaptarla las contexto real.
Así pues improvisamos, algo bastante habitual en nuestro método de trabajo, y valiéndonos de parte del material comprado, concretamente de los guantes de látex, repensamos la propuesta, convirtiéndola en una nueva instalación en la que seres de luz tratan de salir a flote o quizás se estén definitivamente hundiendo (cada uno lo puede interpretar según su propia experiencia vital)… también la renombramos llamándola ¿Saliendo a flote?.
El pasado mes de septiembre hemos visitado Francia participando en la Bienal Panorama. La instalación se ubicó en un precioso lago en el Parcs des Iris et de l’Ermitage de Lormont. cerca de Burdeos.
La idea inicial trataba de recrear un mundo subacuático en el que figuras luminosas salían y entraban del agua, sorprendiendo a los habitantes terrestres que transitaban por los alrededores. Una poética manera de revivir antiguas leyendas de seres misteriosos que habitan en los lagos, pero también revivir imágenes cinematográficas, no tan idílicas, de cuerpos hundidos en circunstancias trágicas que luchaban por salir a la superficie.
Esa era la idea original, y se iba a llamar Baignade interdite. Pero, las características del lago, emplazado en un asentamiento de rocas calcárea que daba al agua un lechoso color blanco, no nos permitía adivinar qué estaba pasando bajo la superficie, a pesar de la luz que envolvía los cuerpos, por lo que tuvimos que cambiar la propuesta sobre la marcha para adaptarla las contexto real.
Así pues improvisamos, algo bastante habitual en nuestro método de trabajo, y valiéndonos de parte del material comprado, concretamente de los guantes de látex, repensamos la propuesta, convirtiéndola en una nueva instalación en la que seres de luz tratan de salir a flote o quizás se estén definitivamente hundiendo (cada uno lo puede interpretar según su propia experiencia vital)… también la renombramos llamándola ¿Saliendo a flote?.
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